No desayunar, cuestión de genética
Un estudio publicado en “The American Journal of Clinical Nutrition”, ha relacionado seis variantes en genes con saltarse el desayuno por lo que, por primera vez, se demuestra un componente genético en este hábito.
El estudio ha secuenciado el genoma de casi 200.000 personas registradas en el Biobanco del Reino Unido, lo que ha reflejado las distintas variantes genéticas que se asocian con el hábito de desayunar, según Marta Garaulet, catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia e investigadora en el Hospital Brigham and Women’s de la Universidad de Harvard.
Las seis variantes genéticas independientes detectadas están asociadas con el reloj circadiano (el funcionamiento interno de nuestro organismo y sus horarios), con la metabolización de los carbohidratos o azúcares, con la influencia de la cafeína e incluso con la esquizofrenia.
Las personas analizadas muestran un rango de presencia de estas variables genéticas de riesgo de cero a seis, siendo aquellas con un mayor número las que tienen más propensión a saltarse el desayuno.
Además, el estudio observa vínculos causales entre la omisión del desayuno determinada genéticamente y un mayor índice de masa corporal, tendencia a la depresión y al hábito del tabaco.
“Gracias a este estudio que define qué genes están implicados y a través de una metodología genética podemos ver que saltarse el desayuno es causa de obesidad, los que no desayunan tienen mayor propensión a engordar”, señala Marta Garaulet.
El estudio en su conclusión sugiere un papel beneficioso de la ingesta regular del desayuno como parte de un estilo de vida saludable.
Fuente: Efesalud
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